Cientos de personas se congregaron la tarde de este jueves a lo largo de la céntrica calle Carlos Manuel Pumarol y el parque municipal para presenciar el tradicional desfile de entrada de los toros en el penúltimo día de las fiestas patronales de San Antonio de Guerra. Mientras la gente aguardaba el paso de los animales donados a la parroquia por los devotos de San Antonio de Padua, numerosos jinetes recorrían las calles en briosos caballos. La algarabía era total. Quienes lucían más encantados con los caballos eran los niños.