La medicina personalizada está transformando el modo en que se interpretan y la forma en que se curan las enfermedades. Este tipo de enfoque permite pasar del tratamiento enfocado en los síntomas de padecimientos crónicos, a la identificación y atención de la causa que los provoca.En la práctica clínica, las características personales de los pacientes siempre han sido importantes para guiar las decisiones del tratamiento. El historial de cada paciente, incluyendo los factores ambientales, la edad o el género, deben ser considerados cuidadosamente antes de elegir un tratamiento. Además de estos aspectos, los marcadores genéticos son cada vez más importantes en la terapéutica moderna ya que la composición genética de los pacientes puede proporcionar información útil para la planificación del tratamiento. La utilización de las nuevas tecnologías de diagnóstico molecular para ver el perfil genético y los biomarcadores de enfermedades que permiten la detección muy precoz de ciertas enfermedades, incluso antes de que se produzcan los síntomas, abre nuevas vías para que cada paciente reciba el tratamiento más adecuado. Es así como ese enfoque en el perfil genético, se convierte en un factor clave para lograr un nuevo abordaje científico llamado medicina personalizada. Cabe mencionar que medicina personalizada no significa crear medicinas o dispositivos médicos que sean únicos para un paciente, sino que existe la posibilidad de clasificar a las personas en sub-poblaciones que poseen características similares en cuanto a la naturaleza, origen o susceptibilidad de una enfermedad en particular, o su respuesta a un tratamiento específico. De esta forma, las terapias preventivas o curativas pueden concentrarse en aquellos pacientes que tienen mayor probabilidad de beneficiarse, reduciendo gastos asociados a internamientos, tratamientos complementarios y efectos secundarios para quienes no pudieran hacerlo. De esta manera, la medicina personalizada supone beneficios invaluables para los pacientes y para sus médicos:
- Permite a los médicos prescribir el tratamiento correcto, desde una etapa temprana de la atención.
- Minimiza el riesgo de reacciones adversas, o bien, de que éste no surta efecto.
- Aumenta la efectividad y disminuye los riesgos, por lo que facilita la adhesión al tratamiento.
- A menudo, las enfermedades no son causadas por los genes originales sino que se producen por alteraciones o mutaciones que se encuentran en el genotipo.