El licenciado Manuel de Jesús González Marrero, quien ocupó altos cargos públicos en los siglos XIX y XX, entre ellos los de Procurador general de la República y juez de la Suprema Corte, era nativo de San Antonio de Guerra. Fue, además, un patriota, que testificó ante la comisión del Senado de los estados Unidos sobre los crímenes que cometían las tropas de ocupación (1915-24). A continuación una semblanza del licenciado González Marrero, quien era hermano de Hipólito González, padre de don Ernesto González, tronco a su vez de la extensa familia González-Castro, de San Antonio de Guerra. En la población de San Antonio de Guerra, nació el día 26 de diciembre de 1851 el Lcdo. Manuel de Jesús González Marrero, hijo de Don Andrés González y de Doña María Aquilina Marrero de González. Se educó en esta ciudad de Santo Domingo, haciendo sus primeros estudios en el Colegio de San Luis Gonzaga, bajo la dirección del inolvidable Padre Billini. En 1868 fue empleado del Ministerio de Interior y Policía, puesto en el cual permaneció hasta 1870, que pasó a serlo de la Secretaría de la Suprema Corte de Justicia, y más tarde, Secretario del mismo Supremo Tribunal, que dejó por renuncia. En 1876 fue también Secretario del Consejo de Estado, y Secretario Archivista de la Constituyente. En el año 1879 se graduó de Abogado de los Tribunales de la República. Residiendo en Azua, fue dos veces Regidor de aquel Ayuntamiento, en 1882 y 1886, y en el año 1898 fue designado para instalar las Aduanas Terrestres de Bánica, Comendador y Cercado. Al año siguiente fue nombrado Presidente del Tribunal de Azua. En 1903 fue nombrado Ministro de la Suprema Corte y, en el mismo año, Procurador General de la República, puesto que desempeñó hasta 1908 en que, debido a la nueva organización de los Tribunales de Justicia, pasó a ser Presidente de la Corte de Apelación del Departamento de Santo Domingo. En 1912 fue nombrado Juez de la Suprema Corte de Justicia, elevado puesto en que presta todavía al país sus utilísimos servicios. En el año 1920 formó parte de la Junta Consultiva. Aunque el Lcdo. González M. ha dedicado la mayor parte de su vida a la judicatura, empleó algunas de sus actividades al comercio y, en esa condición, fue gerente de las importantes casas comerciales de J. B. Sturla y J. De Lemos, de esta Ciudad. En la vida social es un correcto caballero. Es, además, miembro entusiasta de varias sociedades patrióticas, literarias y benéficas. Antonio Hoepelman y Juan A. Senior: Documentos históricos. Imprenta J. R. García, Santo Domingo, 1922, pagina 178
